domingo, 13 de julio de 2014

Las Abducciones Reptilianas de James L. Walden

James L. Walden es un estadounidense con un doctorado en Formación de Negocios, tuvo tantas experiencias con reptilianos que las describió en un libro llamado The Ultimate Alien Agenda. Antes de su primera experiencia no tenía ningún interés en extraterrestres u ovnis o “ciencia ficción” de ningún tipo.

Su historia empezó en marzo de 1992, cuando una entidad gris de una altura de unos 1,20 metros, con grandes ojos oscuros y una cabeza alargada y bulbosa, apareció en su habitación cuando acababa de apagar la luz para acostarse.

El aire se volvió extremadamente frío y un Walden “petrificado” empezó a llorar. Dijo que el ojo derecho del gris se agrandó y se volvió de color rojo brillante. Proyectaba un destello de luz roja que golpeó su pierna provocándole un gran dolor. Luego, un destello de luz blanca descendió hacia él dice, y entró en su cuerpo justo por debajo del ombligo.

Perdió el conocimiento y cuando despertó estaba tumbado en una fría mesa de metal pulido. Estaba inmovilizado y brillaba en sus ojos una luz brillante que se hallaba sobre su cabeza. A su alrededor había personas con “batas blancas rígidas”. Algunas parecían humanas, pero la mayoría eran similares al ser que había aparecido en su habitación. Examinaron cada parte de su cuerpo y le tomaron una muestra de esperma.

El chamán zulú Credo Mutwa describe una escena similar durante su abducción en la región que ahora es Zimbawe a principio de los años sesenta. La entrevista la colgamos en el blog y se puede visualizar subtitulada al castellano, se llama "Reptilian Agenda".

Walden afirmó que le dijeron que estaba en una instalación subterránea al sureste de Kansas y que no le harían daño. Escuchó una “voz telepática” que dijo: “No eres quien crees que eres, y debes aceptarlo”.

En experiencias posteriores, le dijeron que era un híbrido reptiliano-humano. Después de su primera abducción empezaron a ocurrir muchas cosas extrañas:
“Una noche estaba tumbado de espaldas mirando hacia el techo, cuando escuché un fuerte zumbido. Algo se movió hacia mí a la velocidad de la luz; y una gran imagen a tamaño real de George Washington se detuvo en frente de mí, rozando mi nariz. Escuché una voz fuerte y enérgica decir: “George Washington era uno de nosotros. Lo mismo que tú. Debes aceptarlo”.

George Washington era del linaje Illuminati, un Gran Maestro masón y el primer presidente de los Estados Unidos.

En los años que siguieron, James Walden tuvo muchas otras experiencias con grises y reptilianos más manifiestos, y trabajó con la investigadora de abducciones Barbara Bartholic para descubrir lo que estaba ocurriendo. Ella había escuchado numerosas veces la misma historia de otras personas que afirmaban haber sido abducidas.

Uno de los seres con los que Walden tuvo relación se trataba de un “reptil interdimensional”. Medía entre 2,5 y 3,5 metros y tenía los pies alargados. Tenía una “membrana” entre su torso y sus brazos, “como un murciélago”, que a su vez parecían alas, como un “apéndice en forma de aleta en su espalda”.

Su cabeza era grande y alargada, como una sandía. Este ser tenía una piel áspera y verdosa, y Walden creía que también tenía cola. Este ser afirmó haber habitado en muchos cuerpos humanos y dijo:
“Mis ojos han sido testigos de la evolución de la humanidad”.

Bajo inducción hipnótica, Walden recordó que había formado parte de un grupo experimental de embriones humanos que eran incubados en tubos de ensayo. El embrión, recordó, fue implantado en el útero de su madre, aunque ella no llegó a saberlo.

¿Podría esto ser una explicación de las leyendas de Meroveo, Alejandro Magno y otros, de quienes se decía que habían sido engendrados por seres con aspecto de serpientes?

Walden dijo que, sin duda, esto le ofrecía una explicación de por qué siempre se había sentido diferente a lo demás niños. Creía que millones de personas se habían creado de esta manera como parte de un programa genético extraterrestre.

Dijo que la muestra de semen que recogieron durante su abducción se utilizó para fecundar a una mujer de la “misma estirpe”. Era como una “incubadora humana” y cree que el embrión se extrajo de su útero más tarde.

Otro recuerdo interesante que tuvo fue cuando estaba sobre la mesa en la primera abducción, su cuerpo había adoptado la misma apariencia que la de los extraterrestres. Walden sintió que era otra dimensión de él, en la que habitaba su forma humana.

A partir de estas experiencias creyó que los “extraterrestres”, podrían trascender el tiempo, transformar la materia, manipulas el pensamiento y comportamiento humano y crear “ilusiones” distractoras para satisfacer las necesidades de nuestras simples mentes humanas. Concluyó que se podían mover entre dimensiones y que no eran “extraterrestres”, sino más bien “interdimensionales”.

Los abductores le dijeron a Jim Walden que una raza interdimensional había colonizado la Tierra y que habían venido a cosechar los recursos del planeta, aprovechar sus energías y emplear a los humanos como mano de obra.

Así como los científicos humanos han desarrollado animales con propósitos de alimentación, trabajo y entretenimiento, dijo, los científicos extraterrestres han perfeccionado a los humanos por la misma razón, y posiblemente por otras.

Walden dijo que los “extraterrestres” podían programar las respuestas emocionales de sus híbridos, para producir la miseria, los celos, la pasión o el amor.

Afirmó también que cuando los reptilianos interdimensionales colonizaron por primera vez la Tierra, les resultó difícil reproducirse. Según él, durante las abducciones, los “extraterrestres” conseguían habitar el cuerpo de la persona abducida.

Walden dijo que los “extraterrestres” han vivido en refugios subterráneos desde el momento que llegaron, y que las condiciones de la atmósfera terrestre amenazaban su supervivencia, porque no podían mantener constante su temperatura corporal. Lo que me recuerda bastante a esas leyendas de las tribus de Norteamérica como los Hopi y los Cherokee entre otras, que hablan de los “Sheti” que significa los hermanos serpiente y que habitaban en grandes infraestructuras y túneles a grandes profundidades debajo de la tierra.

Dijo que sus ojos son muy sensibles a la luz y esto encaja con las afirmaciones de Credo Mutwa sobre los ojos sensibles a la luz de los grises y otros reptiles, y con la historia simbólica del Drácula bebe sangre que no podían salir durante el día.

Sin duda las historias de abducciones y contactos con seres grises y reptilianos, además de los seres interdimensionales se suceden una detrás de otra, se pueden contar por miles.

Gente que escribe libros o da conferencias porque debe expresar esos contactos de alguna forma, gente que lo deja escrito en las redes o simplemente gente que no habla sobre ello por el miedo a lo que opine la gente sobre él o ella. El caso es que las historias están ahí y son demasiadas como para ser una mera coincidencia.


Fuentes: "Hijos de Matrix" (David Icke)
              granmisterio.org

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